"SER MÁS, VALER MÁS PARA SERVIR MEJOR."

lunes, 19 de diciembre de 2011

El Sueño de María - Cristina Franco

Debo recalcar que este cuento no es de mi autoría, más bien hay algunas versiones, pero cuándo lo escuché por primera vez me impresionó tanto, que mucho tiempo después lo escribí como lo recordaba y empecé a leer en los hogares dónde íbamos a cantar villancicos con los niños del barrio. Aquí la versión adaptada, no sé si mejorada.

El Sueño de María
José, ayer tuve un sueño muy extraño, no era esta época en la que nos encontrábamos, personas de distintos lugares del mundo estaban en torno a una mesa dispuestos a comer en familia como nosotros lo hacemos para la Pascua, era una bella celebración con cantos hermosos y algunos de estos hablaban de nuestro hijo, celebraban la Navidad.

Vi de lejos casas que estaban adornadas con papeles de colores brillantes, también veía a todo el mundo correr en edificios con muchas tiendas, compraban ropa y muchos regalos que se veían muy costosos y los envolvían en hermosos papeles y los ataban con preciosos lazos y los ponían debajo de un árbol ¡qué estaba adentro de sus casas! Imagínate adentro de sus casas, qué gracioso, un árbol lleno de adornos y luces encantadoras.

En la punta más alta del árbol había una figura que se parecía a una estrella o a un ángel. Todo era verdaderamente hermoso, estaban felices y sonrientes, unos venían de muy lejos para celebrar la Navidad.

Llegó un momento en qué algunas familias alzaron sus copas y brindaron, yo vi muchos regalos, ¿te acuerdas José de los pastores que nos visitaron aquella noche?, le dieron ovejitas, leche, y frutos del campo y ¿los Reyes? ¿Recuerdas? Qué maravillosa sorpresa aquellos momentos los guardo en el corazón por siempre, uno de los reyes del oriente nos dijo que habían visto una estrella que anunciaba el Mundo nuevo ¡tal cómo nos los había dicho el ángel Gabriel!

Todos los regalos de aquella noche, eran propios para un Rey. Pero ¿sabes?, estas personas que vi en mi sueño no le trajeron nada a mi niño, compraron muchos regalos pero se los repartieron entre ellos, creo que no lo conocían porque nunca mencionaron su nombre. 

Para estas personas el ambiente era plácido y todo el mundo se veía feliz; pero yo José, sentí enormes ganas de llorar, es como si una espada me atravesará el alma, nadie recordó al Hijo de Dios, él viniendo por ellos y ellos celebrando sin el cumpleañero.

¡Qué tristeza para Jesús, no ser invitado a su propia fiesta de cumpleaños!
Pero bueno José, estoy muy contenta porque sé que sólo fue un extraño sueño…
¡Imagínate José si este sueño hubiera sido realidad! 

Cristina Franco Cortázar

No hay comentarios:

Publicar un comentario