"SER MÁS, VALER MÁS PARA SERVIR MEJOR."

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ser Jarcias - Misioneros en nuestro propio lugar

Evangelizar a tiempo y a destiempo

La juventud que caracteriza nuestra comunidad ha sido siempre el motor a iniciativas a veces disparatadas. Eso sí, disparatadas por lo originales y hasta creativas, pero siempre dentro del margen que nos pide la Nueva Evangelización. Nueva en sus métodos y en su ardor, pero siempre fiel a Cristo y a su mensaje. Permítanme contarles un ejemplo, a modo de demostración. 

Es el caso de un jarciano de una ciudad pequeña. Desde muy joven había colaborado y colaboraba con la catequesis parroquial, como muchísimos jarcianos. Sin embargo una realidad le llamaba la atención. Cerca de la parroquia había un gran mercado de productos de primera necesidad. Muchas mujeres trabajaban ahí, como es común en Ecuador y tantos países de América Latina. Los días de mayor comercio son los fines de semana, desde antes de que amanezca hasta avanzada la tarde. Un trabajo duro y mal pagado. Este muchacho acompañaba a su madre a hacer las compras los sábados por las mañanas y le llamaba la atención el gran número de niños que metiditos en los puestos se pasaban las horas durmiendo, ayudando a preparar alguna verdura o jugando. Muchos de aquellos ya en edad de ir al catecismo. Se empezó a preguntar dónde recibían catequesis y cuándo, puesto que a horas de catecismo ellos estaban en el mercado. Sin más ni más decidió hacer una “investigaciòn de mercado” para encontrar respuesta a la cuestión y comprobó la triste realidad. Prácticamente ninguno de aquellos muchachitos frecuentaba la catequesis. 

Ni corto ni perezoso comenzó a pensar en una solución. “Si Mahoma no va a la montaña, hay que llevar la montaña a Mahoma”, por lo tanto la solución era llevar el catecismo al mercado. Buscó dentro de la estructura del mismo y encontró un espacio que durante la semana laborable funcionaba como guardería y que los domingos por la mañana estaba desocupado. Habló con el párroco, quien al principio se mostró un poco incrédulo frente a la propuesta. Dio sin embargo su aprobación y la firma en el oficio para solicitar el local. Teniendo luego el permiso de uso del local, sólo faltaba ganarse la voluntad de las doñitas convenciéndolas de privarse de la ayuda de sus chiquillos por dos horitas para poder educarlos en la fe. La acogida fue abrumadora. Ya desde le primer domingo el aula estuvo a rebosar de niños muy bien dispuesto y motivados. Desde aquel año y sin interrupción se han celebrado en la parroquia bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y hasta matrimonios (porque ya saben que luego los papás se entusiasman) de la comunidad cristiana del mercado. Es una labor que ha cumplido ya doce años dando frutos.

Creo que “para muestra basta un botón”. Les invito a enviarme más testimonios de vida jarciana que nos animen y nos inspiren nuevas iniciativas. Recuerden que la Nueva Evangelización nos urge y el Papa nos ha llamado a celebrar el año de la Fe.
Siempre mar adentro.

P. César Piechestein
elcuradetodos

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