"SER MÁS, VALER MÁS PARA SERVIR MEJOR."

miércoles, 15 de febrero de 2012

Exhortación al Campamento - Vivir en Comunidad

"Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu…” Tes 5, 16-24

Conversando con Catalina Vaca, mi coordinadora nacional, la semana pasada que estuve en Quito, entre conversaciones y anécdotas, se suscitó el tema de los campamentos y específicamente en el próximo que será este feriado, -¡Estos campamentos me encantan porque de alguna manera nos preparan para el martirio! –le dije- Empezamos a reír! Pero mi reiteración fue fundamentada con todas las experiencias que ahí se viven y puedo dar fe de qué hasta el día de hoy, ninguna ha sido igual a otra. 

Días con frío o con intenso sol, con mosquitos o entre lodo, con pantalones que terminan rotos y casi ¡qué se paran solitos! y camisetas que dudamos interiormente en regresarlas a la ciudad, camas improvisadas entre sleeping bags o suelo compacto arcillado o una carpa que técnicamente aseguran a dos personas y se meten cuatro para protegerse de la lluvia, y los bichos que terminan como huéspedes de lo que podemos llamar habitación.

¡Qué publicidad hasta ahora la del campamento!, algunos entre risas comentan: “me han dicho que sería una experiencia inolvidable y así ha sido”, definitivamente cada lugar guarda un escenario de misterio cuándo llegamos y de nostalgia cuándo nos vamos, en esto muchos coincidimos.

Y a pesar de todas estas cosas, y más que faltan por detallar, no podemos obviar la esencial, la espectacular, ¡el indescriptible encuentro que ahí se suscita!. Cuántos jarcianos son testigos de los testimonios de conversión de muchos jóvenes que han experimentado un campamento, porque en cinco palabras: ¡Se han encontrado con Cristo!. Y es que tenemos un Padre tan romántico que prepara cada acertijo, cada momento, cada atardecer, para que nosotros sus hijos estemos a solas y al mismo tiempo en comunidad con Él.

En alguna ocasión en una patrulla, ya estábamos realmente fatigados al extremo, (y esta vez no exagero), y recuerdo que un líder de patrulla nos decía: -Chicos! Ofrezcamos este cansancio por alguien que necesite en estos momentos de Dios, un joven que esté pensando en suicidarse, una familia que no tenga que comer, algún sediento en la calle-. De repente nuestros rostros cambiaron, nuestros ojos brillaban! (aquí si exagero), lo cierto es que nos habíamos convertido en protagonistas de algo que pasaba inadvertido para el resto de patrullas, y terminamos realizando el trabajo encomendado-, no les alargo la historia solo quiero concluir que hasta el día de hoy para muchos de los que estuvimos ahí ese momento se ha convertido en nuestro lema de vida, cuándo en la misión nos sentimos cansados o agobiados, nuestro grito de guerra es: ¡Qué sea por amor!.

Con Catalina nos alegramos mucho de esta conversación, ella también tiene una experiencia preciosa que comentar, espero se lo pregunten, como resumen se me quedó: -Es que estos campamentos de Jarcia tienen un no sequé, realmente todos están pensando en el, pero más lo piensa quién más lo ha programado, Dios-.
En todo caso, que, un campamento nos prepare para el martirio o que guarde en sí un no sequé, es algo que solo quién lo experimenta podrá dar prueba de lo que ahí acontece.

En Jarcia he descubierto a un Cristo alegre y resucitado, del cual muchos damos testimonio que está vivo y ¡también hace campamentos! sino lo crees todavía: ven y vive la experiencia de este campamento que para mí también va a ser nuevísima.

Cristina Franco Cortázar

No hay comentarios:

Publicar un comentario