"SER MÁS, VALER MÁS PARA SERVIR MEJOR."

martes, 8 de mayo de 2012

¿Voy, escucho o participo? (segunda parte) - Alexandra de Alvarado


Aquí cabe hacer la pregunta: ¿Qué es la Misa?, la respuesta es muy sencilla, es una fiesta. Ja ja ja… esperaban una respuesta más profunda, pues no, las cosas hay que mirarlas con la sencillez de los niños y como bien lo dice la canción: “La Misa es una fiesta muy alegre, la Misa es una fiesta con Jesús, la Misa es una fiesta que nos une, la Misa es una fiesta con Jesús”. Si de verdad analizáramos la letra de esta canción encontraríamos todas las verdades de Fe que necesitamos para entender por qué tenemos que ir a la Misa a participar de ella y no solo a escucharla. Entonces ¿en qué consiste participar realmente?

Basándonos en que la Misa es una fiesta, nace la primera muestra de que vamos a participar: LA VESTIMENTA, y es que no vamos a una fiesta como nos da la gana, buscamos nuestra mejor ropa, nos bañamos y peinamos, en una palabra, nos ponemos “elegantes”. Entonces ¿por qué a Misa vamos en shorts, bermudas, mini faldas, blusas de tiritas, con gorra, despeinados y algunos hasta con un olor que de verdad es una penitencia estar junto a ellos?. No hay excusas así sean niños, jóvenes o adultos, todos debemos ir dignos y bien vestidos. Mis hijas (5, 3 y 2 años respectivamente) me preguntaron hace poco: ¿mamá por qué nos pones guapas para la Misa?”, a lo que respondí: porque vamos a una fiesta”.
La siguiente muestra de que vamos a participar es: LA PUNTUALIDAD, ¿cuántos de nosotros llegamos tarde cuando nos invitan a una fiesta o reunión?. Espero que ninguno, porque eso es una gran falta de respeto. Pero a la Misa si llegamos cuando nos da la gana y ni siquiera somos discretos o prudentes, sino que encima llegamos haciendo bulla y provocando distracción.

Otras muestras importantes de participación son: RESPONDER A LAS ORACIONES QUE HACE EL SACERDOTE Y CANTAR, ¿qué nos cuesta decir Amén, o rezar el credo que es nuestra profesión de Fe?, no se nos va a caer ningún diente, ahora hay que ver también si no será que algunitos no se saben las oraciones. Con lo de la cantada dirán, pero que vergüenza, cantar yo, ni loco; esos mismos son los que cantan desentonadísimos en los karaokes sin ningún reparo. Hagamos que nuestros hijos canten, decimos que son nuestros angelitos, entonces que un coro de ángeles cante en cada Misa. La alegría de las fiestas es la música y por eso que hay que demostrar nuestra alegría cantando.

Por último y la más importante muestra de participación: LA COMUNIÓN O EUCARISTÍA, por eso la Misa se llama Eucaristía, porque el centro de la misma es Cristo vivo y presente, que se nos brinda con y por amor; es a través de la Oración y la Comunión (como la palabra mismo lo dice: común-unión) que la Iglesia Universal se une, es aquí donde se hace real y tangible la palabra “hermanos”. Comulguemos, que nuestros hijos nos vean comulgar, para que así aprendan a amar a Jesús Eucaristía, recuerden que “nadie ama lo que no conoce”. ¿Para qué vamos a una fiesta si no vamos a disfrutar del banquete?. ¿Por qué vamos a la misa y no disfrutamos del banquete que es la Eucaristía?

Espero haya dejado en claro estas grandes diferencias, y esto nos ayude a hacer un “mea culpa” de nuestras actitudes frente a la Misa. Quisiera pedirles que desde hoy empecemos a participar más de la Misa o Eucaristía; grandes y pequeños, para que así podamos convertirla en Vida y entonces ya no será una obligación o rutina de domingo, sino que durante toda la semana viviremos la alegría de esa fiesta y la compartiremos con los demás, anhelando llegue pronto ese día para encontrarnos con nuestros hermanos y con Cristo mismo para volver a celebrar esa fiesta, hasta que algún día podamos celebrarla en el cielo cara a cara con Dios.

Unidos en la alegría del servicio  ;o)
ALITA.

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