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viernes, 18 de mayo de 2012

Madre se escribe con "M" de Mujer (I parte) - Alexandra de Alvarado

MADRE SE ESCRIBE CON “M” DE MUJER
 
 Hoy que el mundo está patas arriba, es necesario hacer esta aclaración. Vemos cada vez más seguido en los periódicos, televisión e internet, noticias de adopciones, inseminaciones artificiales o vientres de alquiler, hechas por algún famoso y su pareja (ambos hombres). Lo último que está ocurriendo en nuestro país, en nuestras narices, es el caso de esta pareja de lesbianas que quieren reconocer a esa inocente niña como hija de ambas, pareciera novedoso, un gesto de “caridad” o como dicen “de realización personal”, pero no es común, ni normal; no dejemos bajo ningún concepto que esto degrade lo que verdaderamente es la maternidad y paternidad, no deformemos el significado real de “familia”.

No es casualidad, ni coincidencia que la primera letra con la que escribimos Mamá o Madre sea la M; para mí esto es una afirmación divina de la importancia tan grande de la mujer en su rol de madre, aunque muchas hembras (porque no merecen llamarse mujeres) se nieguen a este hermoso don, por un simple capricho, más no por un ofrecimiento propio de su vocación (monjas o laicas célibes). Y es que el título de Mujer no lo lleva cualquiera, peor el de Madre.
 
”La Mujer”.-
En la actualidad esta palabrita ha sido tan manoseada (y el sujeto también), que de a poco ha ido perdiendo su verdadero significado, tanto que si buscamos en el diccionario de la real academia española, encontraremos como definición: Mujer.- Persona del sexo femenino. En la actualidad para referirnos al verdadero concepto de mujer hay que hacer referencia como este mismo diccionario lo señala al concepto: Ser toda una mujer.- Tener valor, firmeza y fuerza moral, o quizá también a: Ser mucha mujer: Ser admirable por la rectitud de carácter, por la integridad moral o por sus habilidades.

No demos tantas vueltas veamos el modelo de “Mujer” que Dios nos quiso dejar. Mujer, ¿qué nos va a Mí y a ti? Todavía no ha llegado mi hora. (Jn. 2, 4), esto le dice Jesús a María, “la Mujer”, en las bodas de Cana; más adelante leeremos: Haced lo que Él os diga (Jn. 2, 5), aquí nos muestra María su firmeza, su carácter, pero no para que sepan que ella es la que manda, nooo; ella nos muestra como la verdadera mujer no puede ser ajena a las necesidades de los demás, su fortaleza y decisión radica en su necesidad de justicia y bienestar para con quienes la rodean y a quienes ama. Mujer, aquí tienes a tu hijo", (Jn 19, 26), al pie de la cruz, Jesús con estas palabras nos entrega a María como nuestra Madre, Madre de la Iglesia. Ella lo acompañó durante todo el calvario, en silencio, digna, integra, valiente, fuerte, ella siempre fue una dama, una señora, supo perdonar y amar, fiel hasta la cruz, hasta el final.
 
Ahora bien no solo ella, la pura, la sin mancha, fue llamada “Mujer”, Dios nos muestra que quien lo busca y se convierte también es digna de llamarse así. Mujer, ¿Dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? (Jn. 8, 10), se lo dice a María Magdalena; luego concluye: Tampoco yo te condeno; vete y a partir de ahora no peques más (Jn. 8, 11), una mujer de verdad busca a Dios, su perdón; hace un cambio de vida, deja el pecado, abandona todo lo que la aleje de Dios, lo hace con decisión, firmeza, sencillez. Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Jn. 20, 15, dejo esta última interrogante a todas aquellas que aún no deciden ser “las Mujeres”, ¿por qué pierden su vida en ilusiones, sueños, fantasías, en falsos ideales?; dejen el llanto, Jesús resucitó, está vivo, hoy, aquí y ahora y las busca para llamarlas “Mujeres”.
 
Unidos en la alegría del servicio  ;o)
ALITA.
 

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