"SER MÁS, VALER MÁS PARA SERVIR MEJOR."

viernes, 23 de mayo de 2014

Valientes para discernir - Emy Duche

"Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Mt 18, 19

Dios a través de su hijo nos reveló que nuestro llamado es ser discípulos y hacer que todos sean sus discípulos. Luego, mientras vamos cumpliendo aquella misión a la que estamos llamados todos y cada uno de nosotros, se nos va configurando nuestra propia personalidad con la de Él.
La autora

El futuro comienza ya a hacerse presente y nos comenzamos a preguntar: ¿Para qué Dios me trajo hasta aquí?. Entonces es el tiempo indicado para discernir.  Pues todos tenemos en algún momento de nuestro caminar que discernir.

Quisiera tratar sobre el discernimiento vocacional, a este que le tememos y que yo se los digo: hace falta mucho coraje para ir contra corriente de la moda y la mentalidad de este mundo. Este discernimiento es tan fundamental porque iremos descubriendo a Cristo y a nosotros mismos ya sea en el sacerdocio en el caso de los hombres, religiosas en las mujeres o también consagrados en el mundo.  Se abre un abanico, por así decirlo,  ya que podemos consagrarnos en el matrimonio, en el celibato, etc. Pero consagrados a Cristo y a su Madre.

Quiero aprovechar esta ocasión para decir con todas mis fuerzas: ¡Jóvenes seamos valientes! No tengamos miedo del discernimiento indispensable en la vida de toda persona, confiemos en Cristo, a veces andamos como ciegos por las pasiones que nos ofrece el mundo.

 Puede decir alguien acaso: “Yo soy digno de ser Sacerdote”.  ¡Nadie entonces sería digno! A partir de este momento que sea borrado cualquier pensamiento que no busque agradar a Dios. Entreguémonos a Cristo y seamos obedientes a su Palabra, solo así nuestra felicidad será plena.

Emy Duche

Miembro Postulante CMJ

miércoles, 21 de mayo de 2014

Memorias de una Ñañita - Tan sencillo como creer

¡Creer! ¡Tan sencillo cómo eso!
¡Creo que a veces nos complicamos “un poquito”!

Cuando alguien me pide una recomendación para su hoja de vida, pues lo analizo muy minuciosamente, sin prejuicios, de manera objetiva, veo sus virtudes ejemplares y sus defectos dominantes, entonces procedo a escribir una carta de recomendación.  Si esta persona tiempo después falla, o roba o estafa a alguien, pues sólo exclamo: ¡Que pena! ¡Creo que no estuvo tan bien dicha recomendación, me fijaré con más atención a la próxima! Y cómo quiero tanto a esta persona pues se lo diría y luego de que haya enmendado su error estoy segura que aunque lo pensaría dos veces, la volvería a recomendar.



Pero que tal si esta persona no me falla, tiene un desempeño increíble, y no sólo que la recomiendas sino que desearías que trabaje en tu empresa, ama mucho lo que hace, es diligente, hace más de lo que se le encomendó, ¡una maravilla! Confiar y confiarle a los demás. Así en su trabajo, le dan muchas atribuciones de confianza, le encargan asuntos de administración muy complicados, estoy segura que tendrá un poder especial y general para la administración de los negocios en dicha empresa.

He querido dejar en claro esto, para poder entender lo fácil que es creer, que es confiar, el detalle radica en que a veces nos complicamos un poquito.   Lo mismo pasa con creerle a Cristo.

Me lo han recomendado tanto, a mi particularmente desde le vientre de mi madre me consagraron a Él, luego lo contraté, porque de tanta recomendación me dije: ¡Yo a este le creo!, y cómo lo pactado obliga, decidí contratarlo, le di mis preocupaciones, mis cargas innecesarias, mis ofensas leves y graves, conocí a su Padre, a su hermosa Madre y hasta me enamoré de Él completamente, sin reserva, le di todas las atribuciones para que se ocupe de mis cosas yo a cambio pacté ocuparme de los asuntos de su Padre. Y a tal punto llegó dicha recomendación que le di plenas atribuciones en mi empresa, no me ha fallado nunca, aún cuándo pienso en momentos muy duros en mi vida, lo repito, ¡nunca!.

¡Tan sencillo cómo eso, sólo nos falta creer! ¡Si muchas personas de diferentes países, en las redes sociales, en tu vida cotidiana te lo recomiendan como el amigo que nunca falla, es que algo maravilloso tiene. ¿No lo crees?

Hoy se nos ha dicho: “Yo soy la vid verdadera, sin mi nada pueden hacer, si permanecen en mi darán mucho fruto, pidan lo que quieran en mi nombre y lo obtendrán". ¿Y todavía no hacemos nada para empezar a celebrar este contrato?

Cristina Franco Cortázar